Nueva Escuela Mexicana

Nueva Escuela Mexicana y los docentes intelectuales

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A unos meses de que se ponga en marcha el Marco Curricular Común para la Educación Media Superior (MCCEMS), la Subsecretaría de este nivel, a través de la Coordinación Sectorial de Fortalecimiento Académico (COSFAC), ha puesto a disposición de los docentes una serie de «cursos» y «diplomados» virtuales. Con ellos se pretende preparar a los docentes para el MCCEMS. Desde que se anunció que se implementaría el programa de la Nueva Escuela Mexicana (NEM), el único medio para transmitir los principios rectores de la NEM y cómo se implementarán en las aulas ha sido a través de estos cursos en línea.

Material de estudio:

A ello contribuyó la crisis de salud pública que se vivió hasta el año anterior y la incapacidad de la subsecretaría para notificar adecuadamente a los empleados docentes sobre el MCCEMS. Incluso después de haber examinado, debatido y valorado los materiales en diversos entornos, incluidos los «espacios» a principios del año anterior, los instructores siguen teniendo problemas para comprender el plan NEM. Además, no se ha sugerido ni un solo programa de estudio para las «unidades de aprendizaje», que antes se conocían como asignaturas (este es un tema que hay que explorar).

Sin embargo, la educación primaria y secundaria, con énfasis en la educación elemental, han sido los principales temas de discusión a nivel nacional, más que los niveles superiores de educación. En este nivel, la mayoría de los sindicatos de profesores son sindicatos estatales (principalmente charros), subsistemas de universidades autónomas o sindicatos del sector privado. Estos sindicatos o bien se centran en cuestiones locales más que nacionales o no participan en absoluto en el debate educativo.

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Sin Programas de Estudio preparados

Por otro lado, debido al descuido de la subsecretaría, que no diseñó programas de estudio ni realizó pruebas piloto, los maestros no tienen acceso a una guía sencilla y libre de riesgos para implementar el MCCEMS. A pesar de ello, la ausencia de la autoridad educativa brinda una excelente oportunidad para poner en práctica el concepto del Dr. Ángel Díaz Barriga sobre el maestro como intelectual en el proceso de elaboración de planes y programas educativos.

Didáctica y currículo (1984) y El docente y los programas escolares (2005) son dos de las obras de Díaz Barriga en las que lamenta la reducción de los docentes a «ejecutores y cumplidores de programas» como consecuencia del paradigma pragmático educativo estadounidense que predomina en nuestro país. El NEM ha establecido ciertas normas generales para las nuevas áreas del conocimiento, como las progresiones y algunas orientaciones pedagógicas para las unidades de aprendizaje; sin embargo, la ausencia de programas de estudio presenta una oportunidad única de aprendizaje.

Como señala de forma perspicaz Díaz Barriga, el programa del curso es el instrumento ideal para la labor intelectual de los instructores, ya que les permite recuperar colectivamente su imaginación creativa. Según Díaz Barriga, en él confluyen las concepciones expansivas del mundo de cada profesor, el análisis sociohistórico del entorno, el desarrollo intelectual y, lo que es más importante, lo que puede aportar desde su propia experiencia como base para una acción didáctica alternativa en el aula.

La SEE impulsa la Nueva Escuela Mexicana

A todo esto, el intercambio de reflexiones y el trabajo colectivo de los docentes como intelectuales deberá llevar a cabo la fuerte tarea de lograr la confluencia de los propósitos educativos básicos propuestos por el MEN (aún no muy claros) y las diferentes estructuras institucionales, con sus marcos normativos y legales, así como las pretensiones más finas del MCCEMS y el trabajo realizado a partir del análisis del contexto escolar particular inmerso en un braille. Esto se hará con el fin de lograr la confluencia de los propósitos educativos básicos propuestos.

Esto último depende de las interacciones entre la escuela y la comunidad. El MCCEMS recomienda seleccionar problemáticas sociales para discutir en el aula con el fin de aplicar sugerencias de aprendizaje basadas en la vida cotidiana, métodos activos, transversalidad y transformación social, para luego iniciar el trabajo intelectual del colectivo docente.

Una tarea de esta naturaleza no puede ser realizada rápidamente por el colectivo docente. Creemos que una parte de esta conversación podría tener lugar en espacios de formación entre semestres o en lugares que hayan sido seleccionados por los colectivos docentes para comenzar con acuerdos básicos de implementación del MCC. Con el fin de superar los retos y, lo que es más importante, cumplir con su papel intelectual en la educación, los profesores del campus y de las zonas aledañas pueden discutir sus logros y errores durante el transcurso del semestre.

Evidencias

De acuerdo con la evidencia proporcionada por los instructores de primaria y el texto que utilizan. Este es un libro que no contiene recetas, y una parte significativa del contenido se basa en ideas filosóficas y corrientes teóricas que pueden ser desconocidas para los educadores. Los profesores deben formarse en diversos temas, como las epistemologías del Sur, las teorías de género, la transversalidad y el aprendizaje activo. Las dificultades a las que se enfrentan los profesores de enseñanza secundaria son enormes.

Aquí, las autoridades educativas a nivel federal, estatal y regional no solo deben proporcionar los espacios y el tiempo necesarios para la discusión y el intercambio de ideas, sino que también deben suministrar las condiciones materiales y de formación adecuadas a la demanda requerida para ejecutar algunas de las premisas fundamentales del NEM. Esto es necesario para ejecutar algunas de las premisas fundamentales de la NEM. Si no se hace así, el programa educativo solo tendrá éxito sobre el papel, pero fracasará en el aula.

En definitiva, para que la reevaluación del profesorado tenga éxito, es necesario que los profesores como colectivo tomen la iniciativa como intelectuales en el proceso de diseño, no solo de los programas que se utilizarán para llevar a cabo esta vasta tarea, sino también del entorno en el que tendrá lugar. Esto les permitirá ir más allá del papel de meros ejecutores. Sin las exigencias de cada autoridad y el marco del colectivo docente, seguiremos siendo presa inconsciente de programas ajenos a las escuelas y las comunidades, que enriquecen a unos pocos elegidos a costa de la masa del pueblo.

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